El papel del drenaje nasobiliar mediante CPRE
La CPRE es la primera opción para el tratamiento de los cálculos biliares. Tras el tratamiento, los médicos suelen colocar un tubo de drenaje nasobiliar. Este tubo consiste en introducir un extremo de un tubo de plástico en el conducto biliar y el otro a través del duodeno, con drenaje hacia el estómago, la boca y las fosas nasales. Su principal función es drenar la bilis. Tras la intervención, puede producirse edema en el extremo distal del conducto biliar, incluyendo la papila duodenal, lo que dificulta el drenaje biliar y puede provocar colangitis aguda. La colocación del tubo nasobiliar permite el drenaje de la bilis en caso de edema peritumoral poco después de la operación, previniendo así la colangitis aguda postoperatoria. Otra utilidad es en pacientes con colangitis aguda, en cuyo caso el riesgo de desarrollar cálculos es relativamente alto. Los médicos suelen colocar un tubo de drenaje nasobiliar en el conducto biliar para drenar la bilis infectada. La extracción de cálculos una vez que la bilis se ha aclarado o la infección ha remitido por completo hace que el procedimiento sea más seguro y el paciente se recupere más rápido. El tubo de drenaje es muy fino, el paciente no siente dolor significativo y no se coloca durante mucho tiempo, generalmente no más de una semana.
Fecha de publicación: 13 de mayo de 2022
